Hay dos corrientes que van en contra de la revolución: Reformismo y dogmatismo.
El reformismo, la posición gatopardiana de aquellos que no quieren que nada cambie. Este no es un tema nuevo, puesto que siempre se ha visto al reformismo como una corriente contraria a cualquier proceso revolucionario y existen muchos libros que abordan el tema.
El dogmatismo, también es antirrevolucionario, el nuevo partido debe levantar las banderas del socialismo, "pero nosotros no estamos planteando aquí el esquema dogmático que en la Rusia soviética de los años veinte o treinta terminó conformándose; este no es un proyecto estalinista, no lo es, ni es un proyecto marxista-leninista.
La orientación que debe tener este nuevo partido tiene un énfasis particular en la originalidad, "inventamos o erramos", es necesario que tenga un pensamiento propio, que se adapte a la realidad venezolana. "Un partido que no sea el que vaya a controlar al pueblo, sino al revés, un partido controlado por el pueblo; no un partido que sea producto de un conjunto de siglas, no vamos a crear un frente de partidos, sino un partido de frentes: que tenga un frente obrero, campesino, un frente de mujeres, de estudiantes, de jóvenes, de trabajadores". Y para más señas, a los propulsores les pidió su compromiso jurado para la construcción de un partido "socialista, bolivariano, revolucionario, venezolano, indoamericano, e invencible".
Parafraseo del artículo El PSUV no será marxista-leninista de Mary Pili Hernandez
Guillermo Colmenarez
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